jueves, 17 de octubre de 2013

El infierno de cambiar la ropa de temporada

Desde pequeños a estas fechas ya estamos más que hartos de oír a nuestras madres quejarse de que tienen que cambiar la ropa del armario. Supongo que esta es una tradición nueva para la clase trabajadora y que antiguamente sólo se lo permitían los señoriting@s, ahora con la globalización todos tenemos tanta ropa que necesitamos un escondite temporal para aquella que no se ajusta con la climatología. 






Yo llevo un par semanas oyendo... "a ver si este fin de semana me da tiempo y tengo ganas y cambio los armarios". Es el momento de guardar en el fondo del armario los vestidos de tirantes, las chanclas, los bañadores, las toallas y esterillas de playa y sacar los jerseis de entretiempo ...  que dentro de nada serán de lana gordita, las faldas de cuadros, los pantalones de raya diplomática, el tweed... los abrigos y las botas... Siempre he odiado el ritual de otoño... tanto que me propuse desterrarlo de mi vida. Tengo un gran armario donde tengo a la mano toda mi ropa y zapatos... Lo malo es que mientras me coso cositas voy engordando mi armario y llegará el momento de volver a los cambios de temporada. Bueno, yo a lo mío, como siempre, sigo nadando todos los días, ando descalza, tomo el sol en bikini, y todos los días me levanto mirando al cielo para desear que tarde mucho en irse este verano, pero seguro que después de Todos los Santos mi paraíso se diluye.


P.D.: He sido totalmente incapaz de subir fotografías que me lleven al otoño de cabeza   ; P

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